Las Escrituras enseñan claramente que hay un lugar llamado Cielo para todos los que conocen y aman a nuestro Señor Jesucristo.
El Cielo es un lugar.
La palabra es usada en la Biblia de tres diferentes maneras: primero, la zona de las nubes es llamada cielo (Génesis 1:8).
Segundo, la zona donde las estrellas están localizadas es conocida como cielo (Génesis 1:17). Tercero, la palabra es utilizada para describir el lugar de la morada de Dios.
Pablo llama a esto "el tercer cielo" y "Paraíso" (II Corintios 12:2-4).
Cielo es siempre mencionado como estando "arriba." Satanás dijo, en Isaías 14:13-14, "subiré al cielo".
Nosotros sabemos que nuestro Señor hoy está en el cielo.
Después de Su resurrección de entre los muertos, Él ascendió en un cuerpo de carne y huesos.
Él subió con su humanidad glorificada al cielo (Lucas 24:38- 39, 51; I Pedro 3:22; Hebreos 1:3).
Hay una gran multitud de creyentes en el cielo, porque cuando el verdadero cristiano muere, él está "ausente del cuerpo y presente al Señor" (II Corintios 5:8). Estos creyentes están disfrutando la presencia de Cristo, lo cual es muchísimo mejor (Filipenses 1:23).
¿Cómo es el Cielo? Es un lugar que Dios ha preparado para todos los que vienen a Él. Si el Creador del Universo lo preparó, debe ser algo maravilloso.
Los escritores de la Biblia no pudieron encontrar lenguaje para describirlo.
En Apocalipsis 21:10-27, Juan trató de describir sus cimientos, muro, puertas y calle de la ciudad celestial.
Sabemos de que no habrá enfermedad, tristeza, lágrimas, dolor o muerte en aquel bello lugar (Apocalipsis 21:4).
Lo que sabemos es que después de la tristeza y el sufrimiento por los dolores de la vida en esta tierra maldecida por el pecado, estaremos “finalmente en casa”. Pero lo mejor de todo, el Señor Jesucristo, estará allá, y Él será el supremo deleite del corazón de cada creyente.
Miguel A.Sandobal
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